lunes, octubre 26, 2009

El Soundtrack de mi Vida Episodio IV: La universidad musical

El Soundtrack de mi Vida Episodio IV: La universidad musical


Antes de entrar a la universidad y en el primer año de ésta (ya algo arraigado desde la época de CCH) su servidor se metió en esas cosas del anime japonés. En México de moda estaba Los caballeros del zodiaco, Dragon Ball, Ranma 1/2, Sailor Moon, Neon Genesis Evangelion y muchas otras que inculcaron ese gusto nerdoso de las “caricaturas” japonesas, al igual que su música, el llamado j-pop y j-rock son dos géneros musicales que se caracterizan por melodías melosas, bastante facilonas y muy rítmicas. Esos artistas japoneses como x-Japan, Hironobu Kageyama, L'Arc~en~Ciel, Janne Da Arc, y un largo etcétera que ni me quiero acordar de cantantes femeninas que engalaban los openings y endings de los animes en comento. Parte de esa afición se la debo al internet y a los buenos amigos que conocí por el medio, gracias a una página llamada Realidad Alternativa, de los que mejor me llevé fueron “Orochi”, “Silia”, “Robert”, “Sand”, “RHA”, “Super Bulma Hell”, “Lartha” y otros que fueron buenos amigos y con los que compartí esa afición y algo también de música que desconocía.

El nü metal, bautizado así por las grandes corporaciones para calificar a buenos grupos como Korn, Limp Bizkit, Slipknot, Papa Roach, Deftones y Linkin Park, inundaban la radio, al igual que la música pop de finales de los noventa, como The Cardigans, No doubt, Cranberries, Offspring, Britney Spears, Alanis Morrisette, Eminem, Foo fighters, etc etc. El Mambo No 5, y esas canciones que siguen poniendo en las fiestas se oían demasiado en la radio comercial y demás cosas que no me gustaban del todo.

Sin embargo, al seguir un tanto clavado con los Beatles, la cosa cambió cuando conocí a mis amigos de la facultad, para empezar Alfredo traía la onda antro, esa música electrónica y las baladas de rock en español le llegaba “Beber de tu sangre” de los amantes de Lola y en general lo clásico de las fiestas de pedas, tomé el gusto del rock en español hasta entonces (antes lo desprecié) y también de la música electrónica, como al buen DJ David Morales, Daft Punk y the Prodigy entre otros muchos más. Después vendrían las grandes influencias que aún traigo e influenciarían en mi vida considerablemente.

Un buen día mi amiga Martha “Martuchis” llegó, por allá finales de 1997 con un disco absolutamente desconocido para mí, con portada blanca, arte vanguardista (lo digo literal) sobre un grupo del que sólo conocía una rola “washawaweishon”, el grupo era RADIOHEAD, ese disco me lo prestó, al momento de oírlo en mi cuarto de 2x2 con la grabadora de CD fue el momento en que pensé que sí se había hecho algo después de los Beatles, y que era de lo más genial, el disco llamado “OK Computer” traía las rolas más grandes de las últimas tres décadas, llenas de pesimismo, amor, decepción, arrepentimiento, desconocimiento, miedo, desesperanza. Todo lo que la generación X nos movía en ese entonces. De ahí comencé a ser fan del grupo, a oír sus discos que habían grabado desde su inicio, no era sólo el grupo que tocaba “Creep” (ver mi reseña del concierto en México) era un grupo que desde Pink Floyd no me hacía sentir de la peor-mejor forma posible. Gracias a Martuchis también conocí a Tori Amos, Lenny Kravitz y No Doubt (gracias a un casete que me grabó y aún sigo oyendo).



Otro día de 1998 llegó mi buen amigo Ricardo “Richie” con unos casetes y pidiéndole a Martha que le grabara un disco que ella acababa de comprar, era doble y con portada muy estilizada (Corbijn seal) era el disco recopilatorio de otro grupo que, aunque ya conocía, descubrí en la facultad DEPECHE MODE, grupo inglés ya longevo, ya una institución de la cual sólo conocía “Personal Jesus”, Richard me prestó sus casetes, y comencé a descubrir música Tecno, 15 años después de su apogeo. Sus discos obras maestras como “Black Celebration” y “Violator” han dejado una marca grabada en mi consciente y subconsciente, ese grupo de sintetizadores hacía composiciones geniales, hablando del amor, de la esclavitud, la guerra del sexo y la castidad, la religión, la amistad, las drogas, el camino hacia el más allá, la pertenencia, el sufrimiento, el gozo, todos esos sentimientos y sentires que nos hacen humanos, Martin Gore los ha descrito muy bien a lo largo de los años.

La huelga llegó y mi incursión en la piratería me permitió escuchar cosas bajadas del Napster, la música ochentera que me pasó mi buen amigo Patricio, chileno que conocí en el chat de napster, que me seguiría a lo largo del tiempo. La venta de piratería en los tianguis también me adentró en ciertos momentos clave en la revolución de las producciones sonoras en los videojuegos, así como de la consecuente llegada de la música dance italiana por parte de Joy ya llamado Geordie.
La rola que tengo más arraigada de la época es de un grupo metalero que, como todo grupo pesadón que hace una balada y es éxito, grabó una de las baladas rock más choteadas de la historia (si pasa en Mix FM y en Universal estéreo, es que sí están bastante tocadas) llamada “More than words”, ésta rola llegó a mí gracias a Tania, mi amor universitario (no correspondido, por supuesto) a quien le gustaba, por lo que hasta el buen Sik me ayudó a cantarla y tocarla para obvios objetivos, sin resultado al parecer.



Dejando de lado las superpedas y parrandas (pocas pero bien recordadas) por mi lado comencé a tener gustos bien definidos a lo largo de la carrera, entre ellos siguen en mi gusto, Oasis (mi primer disco What’s The Story Morning Glory era glorioso) quienes adentraron más el gusto por lo britpop, así como Coldplay por Siek (actualmente ya no me gustan nadita), The White Stripes, y la apertura por el nuevo pop.

El Ska, los Fabulosos Cadillacs y demás eran escuchados ávidamente por mi hermana Ili, quien ha cambiado de géneros como de ca…misones, pero dichos géneros no son despreciables para mí. Además del constante intercambio del renacimiento de su servidor en cuanto a música se refiere, incluido el punk, el metal y el pop gringo (mi gusto culposo con Britney Spears).



La impostergable salida de la licenciatura, mas no de la Universidad, está llena de buenos recuerdos, buenos amigos y amargos desengaños, se tradujo en una canción depechiana “Everything Counts” cantó David en 101, y sí todo cuenta, y tanto cuenta que en una de las clases que llevé en la carrera, y sin darme cuenta, estaría la que sería la mujer de mi vida, pero de eso ya se contará en la última parte del “Soundtrack de mi vida”).

No hay comentarios.: